domingo, 8 de abril de 2012

Grupo 7: la cara más amarga de la Expo del 92


20 de abril de 1992. Arranca la Exposición Universal de Sevilla con la inauguración de un pletórico Juan Carlos I que ve cómo se hace realidad un sueño que se venía fraguando desde hacía más de una década. 

Curro, la simpática mascota que ya ha dado la vuelta al mundo antes del comienzo de la exposición, guía a los asistentes entre las instalaciones y calles más céntricas de la capital andaluza, mostrando toda su grandeza y patrimonio cultural. Sevilla es una ciudad idílica en la que todos los ciudadanos viven felices y seguros, aunque pocos conocen que, tan solo unos meses antes, la realidad de muchos  sevillanos no era tan utópica como se hacía creer.

Grupo 7, el último largometraje de Alberto Rodríguez, nos muestra esa otra cara de la Expo del 92 a través de un equipo patrullero de la Policía Municipal, encabezado por Ángel (Mario Casas) y Rafael (Antonio de la Torre), que nos acerca a una realidad ignorada por la mayoría de los españoles, pero muy cercana para los vecinos de los barrios céntricos de la ciudad de Sevilla. 

A través de este singular grupo de expertos, que también integra Miguel (José Manuel Poga) y Mateo (Joaquín Núñez), el espectador puede adentrarse en el día a día de la persecución de la droga en los barrios más conflictivos de la capital. El Grupo 7 nos muestra el valor de la avaricia y cómo la línea que separa la legalidad de la corrupción es extremadamente fina. Nos recuerda que el ser humano es débil y que es muy difícil renunciar a una vida mejor cuando tu mismo eres la autoridad, y nada ni nadie puede detenerte.

Durante la trama, el espectador se adentrará en una historia basada en hechos reales, marcada por el tráfico de drogas y por la utilización de métodos poco lícitos para "limpiar" el centro de Sevilla de drogadictos y camellos, con la intención de hacer un lavado de imagen de la ciudad al precio que sea, huyendo de la moralidad y contando con la violencia al máximo exponente como brazo amigo. 

El amor también tiene presencia en esta trama, reflejado en tres de los cuatro patrulleros. Ángel está casado con Elena (Inma Cuesta), con quien tiene un hijo pequeño, por el que está dispuesto a arriesgarlo todo sin medir las consecuencias. Rafael parece no tener nada en la vida que le sirva para seguir adelante hasta que conoce a una joven que coquetea con las drogas, y Miguel, que se enfrenta a un matrimonio fracasado, despierta sentimientos hacia una prostituta. 

De la interpretación de los cuatro personajes principales del filme, cabe destacar su capacidad para absorber los rasgos más característicos que tienden a atribuirse en la ficción a la profesión que representan: la valentía y el ego, la avaricia y la imposición, a los que hay que sumar el ingrediente añadido del humor andaluz, que da ese toque personal e irrepetible a la película. 

Muchos espectadores condenarán la actuación del Grupo 7 tras ver la película, otros, en consonancia con la decisión jurídica que se tomó en su momento, considerarán que, a pesar de los errores, el resultado fue una Expo insuperable fruto, en parte, de la actuación de grupos policíacos como éste, que arriesgaron su vida por garantizar una Sevilla más segura. Sea cual sea la valoración, lo cierto es que la historia aquí expuesta fue una realidad que forma parte de nuestra historia, una realidad que salió tímidamente a la luz en su momento, que hasta ayer carecía de un hueco en nuestra memoria, y que gracias a esta producción, vuelve a quedar impresa en nuestro recuerdo


Ficha técnica
Título: Grupo 7
Fecha de estreno: 4 de abril de 2012
Director: Alberto Rodríguez
Género: Drama policíaco
Protagonistas: Mario Casas, Antonio de la Torre, Joaquín Núñez, José Manuel Poga, Inma Cuesta, Julián Vallagrán, Estefanía de los Santos, Lucía Guerrero, Diana Lázaro